martes, 17 de noviembre de 2009

NUEVAS TECNOLOGÍAS .-¿POR QUÉ?.-


Editorial I
Tecnología y educación
Noticias de Opinión:
Lunes 23 de octubre de 2006 Publicado en edición impresa


La resistencia al empleo de los medios tecnológicos en las escuelas y el análisis de algunas estrategias educativas aptas para la mejor incorporación de esos recursos en el campo de la enseñanza son temas de sumo interés para quienes tienen la inquietud de que nuestra educación mire al futuro y aborde un proceso de perfeccionamiento permanente. Y precisamente esas cuestiones fueron las abordadas en un encuentro nacional realizado en Mar del Plata, acerca de cuyo interés dio cuenta el hecho de que a él asistieron 870 docentes.
El término tecnología admite diversas acepciones. En el espacio educativo alude a los medios de comunicación que permiten acceder a la información y al conocimiento, en el curso de actividades de aprendizaje. Los medios principalmente aludidos en ese contexto son la televisión, la computación e Internet.
En cambio, la telefonía celular, tan difundida hoy entre los alumnos, por razones justificadas de seguridad todavía no ha sido incorporada al trabajo productivo del aula y, por lo contrario, suele perturbarlo. No obstante, las posibilidades que ofrecen los modernos celulares, bien administrados, podrán ser de utilidad didáctica.
Respecto de la televisión educativa, sus posibilidades han sido analizadas en estas columnas en otras oportunidades. Lamentablemente, un medio tan poderoso y difundido está lejos de cuanto debiera ser para servir a la enseñanza, tanto en el orden estatal como en el privado.
La escuela espera de los recursos tecnológicos que, al proveer información, imágenes y sonidos, sean eficaces contribuyentes en la construcción del conocimiento. Las demoras en aceptarlos no han respondido solamente a las resistencias que suelen generar las innovaciones. Es evidente que ha sido desigual la presencia de los medios en los establecimientos, ya sea por los costos de adquisición y mantenimiento o por la urgencia de demandas prioritarias a las que tuvo que hacer frente la escuela.
También es cierto que, en muchos casos, alumnos del primario y del secundario aventajaron a los docentes en la aceptación de la moderna tecnología porque nacieron con los nuevos medios, aunque en buena medida las habilidades desarrolladas por los chicos han sido puestas al servicio de la trivialidad. He ahí la cuestión: descartar en el aula el empleo improductivo y aplicarlo al logro de objetivos educativos.
Con frecuencia la actividad tecnológica ha sido promovida sin un plan educativo previo y sin suficiente reflexión sobre las consecuencias no deseadas que pudiera tener. En este sentido es muy positivo que sigan promoviéndose oportunidades de seria actualización y reflexión para los docentes, que aporten mayores certezas sobre los beneficios de la tecnología educativa y reduzcan las prevenciones.
Correctamente manejados estos recursos pueden ser auxiliares valiosos para enriquecer las posibilidades de la enseñanza. Jean Piaget, prevenía contra todo método que, por moderno que fuese, olvidara la primacía de la actividad espontánea y de la investigación autónoma del conocimiento por parte del alumno. Ese es un aspecto decisivo: que los medios provean de mayores posibilidades a quien estudia, sin estancarlo en rutinas ni en banalidades.
Publicado en http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=851749

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